La inversión extranjera en España alcanzó 36.122 millones de euros brutos en 2017, cifra que, además de ser la más elevada desde 2008, supone un aumento del 0,7 % respecto a 2016, de acuerdo con los datos publicados hoy por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad.
En términos netos (restando desinversiones), 2017 cerró con un saldo de 24.545 millones de euros de inversión productiva, un 12,3 % menos que en 2016.
Dentro de la inversión total, la productiva -descontadas las entidades de tenencia de valores extranjeros (ETVE)- ascendió a 23.758 millones de euros brutos (un 7,6 % menos que en 2016) y 12.323 millones netos (un 36 % menos).
Las ETVE alcanzaron 12.365 millones brutos, un aumento del 20,6 % interanual, que, según Economía, se debe a «tres operaciones puntuales» que equivalen al 73 % de la inversión total en este tipo de entidades.
De acuerdo con estos datos, la disminución de la inversión productiva neta se explica por el incremento de las desinversiones en un 80,1 %.
Una parte importante de este ascenso corresponde a una única operación de venta de una participación en una compañía por parte del inversor extranjero a una sociedad española.
Este movimiento accionarial, señala el Ministerio, no tiene impacto negativo en la economía en tanto que no supone una reducción de la actividad empresarial.
Los fondos destinados a la constitución o ampliación de capital de empresas existentes, representaron el 78,7 % de la inversión productiva bruta (un 52 % más que en 2016), mientras que el 21,3 % restante se destinó a la adquisición de participaciones ya existentes en empresas ya constituidas (una reducción del 62 %).
El análisis de las inversiones productivas muestra que el primer inversor es Luxemburgo (20,9 % del total), seguido de Alemania (13,6 %), Reino Unido (13,1 %), Estados Unidos (10,7 %) y Francia (9,7 %), países que concentran el 68 % de la cifra global.
Mención aparte merece el caso particular de los EEUU, que en 2016 fue el primer país inversor, pero que cae en 2017 hasta el cuarto puesto por un descenso de las inversiones del 50,1 %.
Los países de la OCDE acapararon el 93,1 % de las inversiones tras aportar un 5,3 % menos de capital que en 2016, mientras que las procedentes de la UE representaron el 70,2 % (el capital fue un 18,7 % más).
Por sectores, la actividad inmobiliaria recibieron el 13,2 % de los fondos seguida del suministro de electricidad y gas (10,3 %), los servicios financieros (7 %), las telecomunicaciones (6,7 %) y el comercio al por mayor (6,4 %), que en total representan casi la mitad de la inversión del año.
Por lo que respecta a la inversión española en el exterior, en 2017 alcanzó los 30.736 millones, un 42 % menos, pero en términos netos se produjo una desinversión de 2.606 millones de euros, un 106,5 % inferior a la un año antes.
La inversión productiva fue de 19.761 millones de euros (47 % menos) y en términos netos se situó en -9.856 millones (un 137,8 % menos).
La inversión española se dirigió fundamentalmente a EEUU (14,2 % del total), Francia (14,1 %) y México (8,7 %), mientras que los mayores retrocesos se produjeron en el capital destinado a Irlanda (77,5 % menos) y Reino Unido (93,6 % menos).