El hombre que dejó escrito que «lo esencial es invisible para los ojos», Antoine de Saint-Exupéry, hubiera cumplido este lunes 120 años. Nació en la ciudad francesa de Lyon y, tras su muerte en 1944, «El Principito» fue el principal legado de una trayectoria literaria marcada por sus experiencias como aviador.
Ese pequeño cuento poético y filosófico, narrado por un piloto cuyo avión se avería en el desierto del Sahara, vio la luz un año antes de su fallecimiento y creció desde entonces hasta convertirse en la obra de la literatura francesa más vendida y traducida del mundo