El alto el fuego, aceptado por el Gobierno Damasco y la principal alianza opositora siria, entró en vigor a las 00.00 hora local (22.00 hora GMT) del sábado 27 de febrero, tal y como quedó estipulado en el acuerdo para el cese de las hostilidades pactado entre EEUU y Rusia.
La televisión oficial siria anunció en una nota breve el comienzo del «cese de las operaciones de combate» en el país árabe.
Horas más tarde, Rusia aseguró que sus Fuerzas Aéreas han cesado totalmente sus bombardeos en Siria desde la citada medianoche, cuando entró en vigor el acuerdo de alto el fuego alcanzado entre Moscú y Washington.
«Tomando en cuenta la entrada en vigor de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU en apoyo del acuerdo de alto el fuego entre Rusia y EEUU, y para evitar cualquier posible error al realizar bombardeos, los cazabombarderos rusos, incluidos los de largo alcance, no están efectuando salidas sobre el territorio de Siria desde este 27 de febrero», dijo el jefe de la dirección principal del Estado Mayor, Serguei Rudskoi.
Por su parte, el presidente de EEUU, Barack Obama, advirtió a Rusia y a las partes implicadas en el conflicto en Siria de que «el mundo estará observando» el cumplimiento del alto el fuego, y reiteró que Bachar al Asad ha de dejar el poder para que haya paz.
«Los próximos días serán críticos y el mundo estará observando», alertó Obama en una comparecencia ante la prensa después de reunirse en el Departamento de Estado con su equipo de seguridad nacional.
El cese de hostilidades impulsado por EEUU y Rusia en Siria es «un posible paso para lograr un fin al caos» y avanzar en el combate al Estado Islámico (EI), según Obama, que precisó que no espera «que la violencia acabe de inmediato» porque el alto el fuego no cubre a los grupos terroristas que operan en el país.
«Si se implementa, (el alto el fuego) podría reducir la violencia, salvar vidas e incluso, potencialmente, llevar a una negociación sobre un arreglo político (a la guerra civil). Por eso haremos todo lo que podamos para maximizar las posibilidades de éxito», prometió el presidente estadounidense.
Según Obama, la aplicación del alto el fuego será «una prueba de si las partes están comprometidas con las negociaciones» para avanzar hacia «una nueva Constitución y elecciones».
«Estoy convencido de que ese futuro no puede incluir a Bachar al Asad. Muchos sirios no dejarán de luchar hasta que Al Asad esté fuera del poder», argumentó.
«No hay alternativa a una transición gestionada que deje atrás a Al Asad», añadió Obama, cuyo uso de la palabra «gestionada» sugiere que es posible que el líder sirio no abandone el poder de inmediato una vez haya paz, sino que lo haga en algún momento más adelante.
El mandatario subrayó que «la intervención rusa y sus bombardeos han reforzado al régimen de Al Asad y han hecho que sea todavía peor», lo que convierte el escenario en Siria en «una situación muy complicada con muchos factores en juego».
«Ninguno de nosotros se está haciendo ilusiones con esto, pero el mundo nos juzgaría de forma dura si no tratáramos de avanzar hacia el fin de la guerra civil en Siria», agregó.
Días antes, Obama se declaró «muy cauteloso sobre el aumento de las expectativas» con respecto al cumplimiento del alto el fuego en Siria, y confió en que al menos repercuta en «una cierta disminución de la violencia».
Desde entonces, las hostilidades se han reducido en Siria pese a algunas violaciones del alto el fuego entre el Gobierno y la oposición, cuyas fuerzas se han abstenido de responder a esas agresiones.
Por ahora, las ciudades sirias han amanecido este fin de semana sin el ruido habitual de los bombardeos y los disparos de proyectiles.
Aunque aún hay mucha tensión entre los dos bandos y sus aliados, y la tregua aún no está garantizada, la nueva situación es el primer paso para iniciar un proceso de paz que acabe definitivamente con la guerra civil en Siria.