La jota, recluida durante décadas en Aragón y parte de la ribera del Ebro, se presenta ante el resto del mundo con el documental musical «Jota de Saura», del director Carlos Saura, con la que busca la internacionalización que ya consiguió previamente con el flamenco o el fado.
Trabajar con la jota era una «asignatura pendiente» para el director aragonés, reconoce, pero este trabajo tiene una vocación «más amplia», más allá de la dimensión folclórica tradicional, con la intención de buscar la relación con otras tradiciones musicales más lejanas emparentadas con ella, como las alegrías de Cádiz, el legado de los autores clásicos que se valieron de estos ritmos y hasta una sorprendente jota gallega.