El Patronato de la Alhambra abrirá excepcionalmente al público durante este mes de noviembre la Torre de la Cautiva, una edificación del sultán Yúsuf I (1333-1354) que por su estructura arquitectónica y composición decorativa marca el momento de mayor pureza del arte nazarí.
El Patronato de la Alhambra ha explicado a Efe que este espacio interior, considerado uno de los más exquisitos y que habitualmente permanece cerrado por motivos de conservación, se podrá visitar con la entrada general al monumento durante este mes.
A la estancia principal del interior de esta torre residencial se accede a través de un recodo para conservar la intimidad y se puede considerar como una auténtica torre-palacio.
La Torre de la Cautiva es llamada «qalahurra» en el poema epigráfico que figura en el interior de su sala principal.
Su edificación corresponde al sultán Yúsuf I (1333-1354), el mismo constructor del Palacio de Comares y de otros importantes edificios de la Alhambra, como las puertas de la Justicia y de los Siete Suelos.
Además, por su estructura arquitectónica y su composición decorativa es el hito que subraya el momento de mayor pureza del arte nazarí.
Uno de los elementos más destacados de la Torre de la Cautiva es el alicatado de los zócalos que corren por la zona inferior de los paramentos.
Este espacio presenta bellas trazas, con piezas de variados colores entre los que sobresale el púrpura, cuya utilización en la cerámica arquitectónica ha sido considerada como única.
También destaca la cartela epigráfica alicatada que bordea la parte superior de los zócalos, similar a la existente en el Mirador de Lindaraja.
La Torre de la Cautiva ha recibido diferentes denominaciones a lo largo de su historia: de la Ladrona, de las Damas, de la Sultana, y desde mediados del siglo XIX se la conoce como de la Cautiva, por la leyenda literaria romántica que cuenta que en ella estuvo prisionera Isabel de Solís en el siglo XV.
El sultán Muley Hacen (padre de Boabdil) se enamoró perdidamente de Isabel y se casó con ella, momento desde el que se llamó Soraya, que significa «Lucero del alba».