El encendido de la antorcha olímpica se celebró en las ruinas de la antigua Olimpia, una ceremonia tradicional en la que se invoca al dios Apolo y se entrega la llama al primer portador, que comienza su recorrido por Grecia antes de marchar a Brasil.
Rodeada de una coreografía onírica, la actriz Katerina Lehú en su papel de Gran Sacerdotisa de Olimpia, rodeada de otras sacerdotisas y vírgenes vestales, encendió la llama utilizando un espejo parabólico que desvía y concentra los rayos del sol.