La «Reinheitgebot», una norma que fija los ingredientes que puede contener la cerveza alemana, está a punto de cumplir 500 años, en medio de discusiones entre defensores, que la consideran como la ley más antigua de protección al consumidor, y detractores, que piensan que limita la variedad del producto.
La norma, aprobada el 23 de abril de 1516 en Ingolstadt (Baviera) determina que la cerveza sólo puede contener agua, cebada, lúpulo y levadura.
Eso implica que se descarta el uso de sabores artificiales, enzimas y conservantes, al margen de que estos estén permitidos por la legislación europea.
La Asociación de Cerveceros Alemanes considera que la limitación a los cuatro ingredientes permite sin embargo una amplia gama de variedades y en una documentación preparada para el aniversario recuerda que en el país los consumidores puede probar durante 15 años un tipo de cerveza distinto.
Según el portavoz de los cerveceros alemanes, Marc-Oliver Huhnholz, esa gran variedad ha hecho que en Alemania tarde en surgir el movimiento de la cerveza artesanal. La necesidad de buscar nuevos tipos de cerveza era menor que en otros países, como EEUU.