Las impresoras 3D, a merced de nuestra imaginación

Hace algunos años parecía una utopía pensar que con un ordenador y un diseño en 3D de un elemento podíamos obtener un objeto real en 3D. Ahora, después de un recorrido que inició en 1983 el americano Chuck Hull, inventor de la estereolitografía –la técnica de prototipado y fabricación rápida más antigua-, podemos dejar volar la imaginación para plantear retos a unas máquinas que con capaces de “casi” todo.

Hemos visto como en medicina está suponiendo una auténtica revolución: investigadores de todo el mundo están detrás de imprimir órganos que se puedan implantar en humanos sin rechazo alguno.  El camino parece ir en la dirección correcta; un reconocido investigador español, bioquímico y farmacéutico, Juan Carlos Izpisúa está investigando en una granja de Murcia el desarrollo de órganos humanos en el interior de cerdos. “Se trata de usar a los cerdos como incubadoras de órganos humanos, y esto resolvería el grave obstáculo de la escasez de órganos y todos los problemas de rechazo inmunológico, además en un tiempo razonable”, afirma Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes.

La carrera por construir imprimiendo en 3D

¿Pero es que alguien podía intuir que en 24 horas se podría imprimir una casa de más de 200 metros cuadrados? Behrokh Khoshnevis, un profesor de la Universidad de Sur de California está trabajando en el proyecto de llevar a cabo una impresión a base de hormigón, que respeta el mismo sistema de impresión tridimensional, sólo que a gran escala. Su reto es hacer que esto sea posible en tan solo 24 horas. También los australianos aseguran que están haciendo grandes avances en este campo gracias a “Hadrian”. Este robot fabricado por un ingeniero y mecánico residente en Perth explica que Hadrian es capaz de construir la estructura de una casa en menos de dos días ya que en una hora procesa y coloca 1000 ladrillos, mientras que un trabajador humano coloca 700 ladrillos en una jornada.

Mientras tanto, el gobierno de Singapur ha tomado la delantera anunciando que va a llevar a cabo una serie de viviendas públicas utilizando este sistema, pero sin tener en cuenta el tiempo de impresión. El centro de impresión en 3D de Singapur está trabajando con una empresa para ver la viabilidad del proyecto, teniendo en cuenta que su principal objetivo es abaratar costes, entre otros métodos, mediante la impresión de ladrillo por ladrillo que posteriormente se ensamblarán uno con otro en el espacio reservado a ello.

En la actualidad hay varios edificios terminados mediante este sistema, ahora solo hay que comprobar si el proyecto es viable para que Singapur pueda presumir de tener viviendas públicas impresas en 3D. En lo que parece una carrera por construir imprimiendo en 3D, Dubái está trabajando en ser pionero en la ejecución del primer edificio de oficinas impreso en 3D.

¿Quién conseguirá consolidar y hacer que esta técnica sea una realidad? Seguro que lo veremos dentro de muy poco tiempo.

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