La Unión Europea y México han cerrado los últimos flecos para modernizar el acuerdo comercial que existía entre ambas partes desde hace más de veinte años y que deja libre de aranceles la práctica totalidad del comercio de mercancías e introduce elementos como la protección de inversiones, el compromiso con el Acuerdo climático de París y salvaguardas de Derechos Humanos.