España considera que una vuelta a la normalidad legal y administrativa de Turquía tras el fallido golpe de Estado y el proceso de reformas en el que está inmerso el país puede ser una oportunidad para las empresas españolas en sectores como las infraestructuras y la energía.
El ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, terminó hoy una visita oficial a Turquía que tuvo como objetivo expresar la solidaridad de España tras el fallido golpe de Estado del pasado 15 de julio y estrechar las buenas relaciones políticas y económicas entre ambos países.
Fuentes diplomáticas españolas creen que una rápida vuelta a la normalidad legal y administrativa, así como la realización de reformas para solucionar algunos problemas que afrontan los inversores, facilitará enormemente la realización de nuevas inversiones en el país euroasiático.
España valora, por tanto, el componente económico de las relaciones bilaterales y confía en el enorme potencial de Turquía como país emergente y destino de cada vez mayores flujos de comercio e inversión.
Después de las reuniones políticas que mantuvo ayer García-Margallo en Ankara, hoy se reunió en Estambul con empresarios españoles que le trasladaron las posibilidades que hay en el país euroasiático en sectores como las infraestructuras y la energía, así como en el financiero y de seguros.
Turquía, que se encuentra en estado de excepción desde el 15 de julio, está además inmersa en un proceso de reestructuración y de reformas «muy interesante», según las fuentes, que explican que el país tiene previsto para el año 2023 un plan de infraestructuras.
«Hay un inmenso camino que recorrer y un inmenso potencial de oportunidades que explorar», dijo el jefe de la diplomacia española.
España está también interesada en explorar operaciones empresariales conjuntas en Asia Central, así como en el Magreb.
García-Margallo y su homólogo turco, Mevlüt Cavusoglu, decidieron ayer explorar las posibilidades de trabajar juntos en determinadas zonas geográficas: en África -tanto el Magreb como subsahariana- y en América Latina, algo que puede «aportar valor económico y conocimiento a los empresarios españoles».
Turquía es el décimo mercado para las exportaciones españolas y el undécimo proveedor de importaciones de este país.
España, por su parte, es el séptimo cliente de Turquía y el octavo proveedor del país euroasiático.
En 2015 los intercambios bilaterales de comercio se aproximaron a los 10.000 millones de euros, ligeramente favorable a España, según esas mismas fuentes.
En ese periodo España exportó por valor de 5.078 millones de euros e importó por unos 4.500 millones.
García-Margallo, que mantuvo un encuentro con periodistas españoles en Estambul, destacó además el esfuerzo que llevan a cabo la Unión Europea y España en la crisis de los refugiados, aunque dejó claro que podría mejorarse una vez que exista una política de asilo común europea.
También habló del acuerdo entre la Unión Europea y Turquía y definió su evolución de «muy satisfactorio» al haberse reducido las cifras de personas que mueren al tratar de cruzar el Egeo.
España y Turquía, que participan ambos en la coalición internacional contra Daesh, acordaron ayer reforzar la cooperación en materia de seguridad, policial y lucha antiterrorista y celebrar en próximas fechas una reunión de sus respectivos responsables de Interior y de los servicios de informaci