El lehendakari, Iñigo Urkullu, y el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, han escenificado este viernes el fin del estado de alarma en sus comunidades y la movilidad entre ambas con un encuentro a primera hora en una senda peatonal que empieza en la costa vizcaína y prosigue por el litoral cántabro.
Urkullu y Revilla, ambos con mascarillas, se han encontrado a las nueve de la mañana en la zona de Cobarón (Muskiz-Bizkaia), en el límite entre ambas comunidades, donde han posado junto al mar ante una gran expectación mediática, para trasladar a los ciudadanos un mensaje de que ambos territorios son seguros frente a la COVID-19, aunque también han hecho hincapié en la necesidad de mantener las medidas de prevención y contención de la pandemia.
Tras una larga conversación distendida entre ambos, el lehendakari ha comenzado su intervención con un recuerdo a los fallecidos por la COVID-19 y el agradecimiento a toda la sociedad por el «compromiso» mostrado durante el confinamiento, con una mención especial a los trabajadores, no solo los sociosanitarios, que «han hecho posible que la vida haya seguido adelante».
Urkullu ha pedido una «toma de conciencia» para respetar en la nueva normalidad las medidas de seguridad porque el virus «sigue entre nosotros» y no se debe destruir el esfuerzo realizado hasta ahora, por lo que ha pedido a los vascos que vayan a Cantabria, donde miles de ellos tienen segundas residencias, que cumplan todas las normas.
El lehendakari ha destacado la colaboración entre Euskadi y Cantabria, que se ha ampliado en las conferencias de presidentes con posiciones compartidas, las «63 horas con Pedro», como ha definido Revilla las 14 reuniones de presidentes.
«Hemos compartido muchos planteamientos, también el PNV y el PRC en el apoyo al estado de alarma, y nos hemos quejado de la excesiva centralización» en el inicio del estado de alarma, ha dicho Revilla, que se ha explayado porque él no tiene que «cumplir esas normas» que limitan las intervenciones de Urkullu en actos públicos por ser candidato en las elecciones vascas del 12 de julio.
Ha destacado que ambos, con el apoyo de la «fuerza» del PNV en el Congreso, consiguieron que el Gobierno «rectificara en 48 horas» la hibernación total de la economía, que hubiera sido «terrible» para la siderurgia de ambas comunidades. «Muchos empresarios me venían a entregar las llaves» de las fábricas si tenían que cerrar, ha dicho.
Revilla ha señalado que abrir el paso entre Euskadi y Cantabria dos días antes de que comience la movilidad en toda España puede no parecer «importante» pero ofrece la imagen de dos territorios «que se han comportado muy bien en el confinamiento y que tienen sistemas sanitarios que están en condiciones de ofrecer resultados».
«Somos dos comunidades hermanas, no hay dos territorios con mayor flujo comercial y humano», ha destacado.
El presidente cántabro se ha mostrado convencido de que surgirán rebrotes en cualquier territorio pero ha recalcado que es necesario recuperar toda la actividad porque el «virus económico se puede cargar a toda una generación de jóvenes y eso Europa lo entendió».
Por ello, ha instado al uso de la mascarilla, el seguimiento de todas las normas de higiene y el mantenimiento de la separación física. «Con eso el virus tiene poco que hacer», ha comentado.
«Ha costado mucho dolor y dinero llegar aquí y no podemos recaer, hay que hacer un llamamiento a la cordura. Los vascos tienen que cumplir mi decreto en Cantabria y los cántabros en Euskadi el del lehendakari», ha aseverado en el día en que ambos presidentes vuelven a ser «la autoridad competente, porque antes estábamos desposeídos» por el estado de alarma, según ha apuntado Revilla.