Chula, la firma de moda española que ha conquistado Vietnam

Chula es una marca de moda creada por una pareja española residente en Hanoi que está triunfando en Vietnam con creaciones que combinan la sutil elegancia de las telas asiáticas con un colorido de sello español.
Está considerada una de las 100 mejores representantes de la marca España, Chula nació hace doce años, cuando sus fundadores, Diego Cortizas y Laura Fontán, viajaron por primera vez a Hanoi para unas vacaciones largas.
Doce años después, sus diseños han causado sensación en las pasarelas de todo el planeta y cuentan con 60 trabajadores repartidos en un taller y tres tiendas en Vietnam.

Chula se inspira en temas tan variados como la geografía, la gastronomía o el arte

El estilo «alegre y atrevido» de los vestidos de Chula se inspira en temas tan variados como la geografía, la gastronomía o el arte. Al ver que sus creaciones se vendían y aumentaba la demanda, decidieron dar un paso adelante, contratar personal para la producción y formalizar la empresa.

Al contrario que la mayoría de marcas de moda, la pareja evitó la fabricación en masa y prefirió controlar todo el proceso de diseño, producción y venta al público. Además, convirtieron su sede en las afueras de Hanoi en un centro cultural en el que la moda es un pretexto para organizar eventos culturales de todo tipo y fomentar el encuentro entre la cultura vietnamita y la occidental.

Sus diseños comenzaron vendiéndose sobre todo entre turistas y expatriados, pero han captado el interés del público local, sobre todo desde que en 2011 fueron seleccionados para tomar parte cada seis meses en la semana de la moda vietnamita en Hanoi. El empujón definitivo llegó en el Festival de Cine de Venecia de 2014, cuando la directora y la actriz principal de la película vietnamita ‘Flapping in the Middle of Nowhere’ recibieron el premio especial del público vestidas con trajes de Chula.

El 80 por ciento de los empleados son discapacitados

La empresa tiene 60 trabajadores orgullosos de su estilo de producción artesanal (fabrican un máximo de 250 vestidos al año) y con otra característica que les hace diferentes: el 80 por ciento de los empleados son discapacitados.

La discapacidad de los primeros trabajadores sordomudos resultó ser una ventaja para dos extranjeros como Cortizas y Fontán que tenían problemas para comunicarse en vietnamita.

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