Crean un videojuego solidario para entender el Covid-19

¿Cómo convencerías a los ciudadanos para que cumpliesen el distanciamiento social en las colas de supermercado, vigilando más o regalando hula hoops? Y si tienes falta de camas, ¿construyes un hospital o adaptas hoteles? Estas son algunas de las preguntas que lanza el videojuego Flatten Island, un título gratuito de la asociación Videojuegos Sin Fronteras para crear conciencia sobre la importancia de la información, la responsabilidad social y la participación colectiva en momentos de crisis y que además recauda fondos, mediante donativos voluntarios, para la investigación contra el coronavirus.

De la noche a la mañana eres el gobernador de una isla amenazada por un virus, tienes un presupuesto limitado y a varios especialistas que te asesoran y te preguntan qué decisiones deben tomar. ¿Suspendes la fiesta del volcán o esperas a ver qué pasa? El objetivo es doblegar la curva de contagios y fabricar una vacuna tomando las medidas necesarias y dañando lo menos posible el ánimo de tus ciudadanos. “El juego no tiene la intención de ser un manual científico ni político sino enseñar que cada decisión tiene sus consecuencias y que el trabajo colectivo y la responsabilidad individual son imprescindibles para salir de una crisis como esta”, nos cuenta Francesco Cavallari, fundador de Videojuegos Sin Fronteras, una asociación con experiencia en el desarrollo de este tipo de juegos como instrumento para estimular el cambio y la conciencia social. 

Francesco lleva tiempo mejorando la educación y el estado psicosocial de colectivos vulnerables mediante los videojuegos y esta crisis ha sido una oportunidad para compartir toda su experiencia. Su organización trabaja telemáticamente desde 30 países con un equipo de voluntarios que desarrollan títulos como Flatten Island o como el multipremiado Antura and the Letters, un proyecto diseñado para enseñar a leer en árabe y mejorar el estado anímico de los dos millones de niños sirios refugiados que han tenido que dejar el colegio a causa del conflicto. 

En Videojuegos Sin Fronteras, como en Flatten Island, han sabido adaptarse a las circunstancias y apostar por el trabajo en equipo para sumar esfuerzos en este desafío global: “De alguna manera, para nosotros también ha sido terapéutico desarrollar un juego durante el confinamiento: nos ha dado enfoque, energía y esperanza en un momento complicado para todos”, explica Francesco.

Un ejemplo inspirador que puede servir para contagiar a todo aquel que quiera aportar su granito de arena, por pequeño que sea. En la plataforma piensoluegoactuo.com encontrarás cientos de iniciativas como la de Francesco y su equipo, creadas por personas corrientes que comparten sus habilidades para actuar contra el coronavirus y para que, todos juntos, sigamos mejorando el mundo.