El informe de Ecologistas en Acción ‘Efectos de la crisis de la COVID-19 sobre la calidad del aire urbano en España’ concluye que la reducción drástica del tráfico se está traduciendo en una mejora sin precedentes de la calidad del aire, muy por debajo de los límites legales y las recomendaciones de la OMS. La inestabilidad atmosférica de marzo también ha contribuido a esta mejoría.
Las medidas de restricción de la circulación, derivadas del vigente estado de alarma, han provocado entre los días 14 y 31 de marzo el desplome del dióxido de nitrógeno en las principales ciudades del Estado, como consecuencia de la caída del tráfico motorizado.
Los niveles de NO2 registrados durante el estado de alarma son los más bajos para la segunda quincena del mes de marzo de la última década, en todas las ciudades analizadas. Se mantienen además muy por debajo del valor límite y la guía anual de la OMS, cuando en las estaciones de tráfico dicho umbral se supera frecuentemente, en el mes de marzo.