Taconeos, palmas, giros, volantes y lances tomaron el corazón de La Habana en un concurrido «flashmob» con el que la española Fundación Antonio Gades quiso sacar el flamenco a las calles de la ciudad que tanto amó el célebre bailarín, que un día definió a Cuba como «el puerto de su vida».
Unas doscientas personas se concentraron en un pasaje rodeado de dos de los edificios emblemáticos de la capital, el Gran Teatro y el Capitolio, para bailar una sevillana de «Fuego», quizá una de las obras que más marcaron la trayectoria del artista alicantino, y con la que triunfó en escenarios de todo el mundo .