Cuando Usain Bolt batió el récord del mundo de los 100 metros lisos en 2009 y paró el cronómetro en 9,58 segundos, un estudio reflejó que había corrido los primeros 40 metros en 4,64 segundos. La pregunta sobre si el jamaicano era el hombre más veloz del planeta quedó zanjada, hasta que al Arsenal se le ocurrió la idea de hacer
unos tests a sus futbolistas.
Héctor Bellerín corrió los 40 metros que determinó el preparador físico gunner en 4,42 segundos, superando a Theo Walcott en una centésima. Walcott era el futbolista más rápido del mundo hasta ese momento. Y las preguntas surgieron al unísono.
Varios expertos entraron a valorar la cuestión y hasta el mismísimo Bolt se pronunció. Primero surgieron las dudas sobre la seriedad en la puesta en escena de la prueba practicada por el Arsenal. Saber si el jugador partía de cero o si llegaba al punto de partida en carrera, lo que significaba una gran ventaja en la consecución del registro. Y por otro lado, cómo se determinaba la llegada. En atletismo es el pecho el que para el crono al cruzar la meta, algo que no estaba claro en la prueba futbolística.
Bolt no se tomó muy bien las comparaciones. “Esas historias me hacen reír. Los futbolistas son muy rápidos en los primeros 10 ó 20 metros porque se entrenan para ello. Yo me entreno para ser rápido en 100 ó 200 metros. No conozco a ningún futbolista que sea capaz de bajar de 10 segundos en los 100 metros”, soltó el jamaicano entonces.
Pero Bellerín nunca quiso desafiar a Bolt, consciente de que jamás ganaría al velocista. “Es cierto que en las pruebas batí el récord que tenía en el club Theo Walcott. Pero siento una gran admiración por Bolt y espero que nunca me rete a una carrera…”, explicó durante la presentación de un campus suyo.