¿Quién inventó estas 25 cosas imprescindibles en nuestras vidas?

Los usamos a diario, nuestra vida sería mucho más difícil sin la mayoría de ellos, sin embargo, nunca nos hemos parado a pensar quién fue el genio que estuvo detrás de los inventos más cotidianos de nuestro día a día. En la redacción de DIARIO BUENOS DÍAS hemos elegido estos 25 inventos sin los que nuestras vidas serían mucho más difíciles:

1.El lápiz

El lápiz surgió gracias al descubrimiento de las minas de grafito. El uso de este material mezclado y cocido con arcilla proporcionaba las minas para escribir. Se cuentan distintos orígenes del lápiz, en la Inglaterra del siglo XVII, en Francia gracias a Nicolas Jacques Conté, o en Austria por iniciativa de Josef Hardtmuth, y también se dice que fue desarrollado en el taller de unos carpinteros italianos. A finales del siglo XVIII, el lápiz ya era un instrumento común de escritura.

2. El plástico de burbujas

El plástico alveolar fue creado por los ingenieros Alfred Fielding y Marc Chavannes en 1957. Como muchas otras innovaciones, fue accidental, al intentar crear un papel pintado plástico texturado y con base de papel que pudiera ser limpiado fácilmente.

3. El clip

La creación del clip no fue una tarea fácil ni rápida, sino fruto de un largo proceso iniciado en paralelo a la proliferación del papeleo que conllevó la Revolución Industrial, pues en las nuevas oficinas era necesario ordenar grandes cantidades de papeles para pedidos y albaranes. Así arrancó la burocracia y se empezó a vislumbrar el futuro sector terciario.
Ahora bien, agrupar de modo provisional las hojas de papel era una vieja necesidad que, siglos antes, había sido resuelta de distintas formas. Los papeles se cosían con hilo, cintas de algodón, seda o tiras de cuero para formar un legajo, o bien se unían con todo tipo de agujas o pasadores metálicos. Estos procedimientos eran engorrosos y, además, agujereaban el papel de modo irreparable.
Las primeras máquinas para doblar y cortar el alambre permitieron curvar el acero sin fracturarlo, empezándose a fabricar clips a bajo coste. Se inició entonces una fulgurante carrera de patentes. Se crearon cientos de modelos, ya que cada marca intentaba diferenciarse de la competencia para obtener mejoras técnicas y formas exclusivas con las que seducir al público. Las patentes no se limitaron a los modelos, sino que también fue registrada la maquinara con la que se fabricaban.

4. El tetrabrik

En los años cuarenta del siglo pasado, la leche era distribuida en botellas de vidrio o lecheras de zinc. ¿Por qué buscar un nuevo tipo de envase? Ruben Rausing creyó que existían varios motivos para hacerlo, como por ejemplo evitar que se rompiera el envase, reducir su peso o alargar la conservación de la leche para disminuir el riesgo de infección. Quería hacer llegar la leche con facilidad a todas partes, mejorando la alimentación de la población, especialmente la infantil.

5. La bolsita de té

La aparición de las bolsitas de té en el mundo comercial se produjo de la mano de Thomas Sullivan en 1903, y como suele suceder con los grandes inventos, ocurrió por casualidad. Sullivan empezó a enviar muestras de sus variedades de té a varios de sus clientes envueltas en hojas de seda cosidas a mano, y algunos de ellos entendieron que debían sumergir la bolsa directamente en el agua. Tras esta experiencia, Sullivan concluyó que este formato de venta y uso de té era mucho más rápido y cómodo que vender las hojas sueltas, pero no fue hasta 1930 que se extendió el uso de sus bolsitas de té.

6. Las gomas elásticas

Thomas Hancock, comerciante británico de caucho a mediados del siglo XIX, descubrió los procesos químicos y tecnológicos para fabricar este material a partir de caucho endurecido al añadirle azufre. Un año después (1845), Stephen Perry empezó a producir y distribuir goma elástica con su compañía Messers Perry and Co. con la principal función de sujetar papeles y sobres. Más tarde se le darían otros usos relacionados con la tecnología analógica, juguetes, reproductores de casetes y VHS.

7. El sacacorchos

Los primeros sacacorchos se utilizaron hace 300 años y eran similares a la herramienta con la que se extraían las balas de los fusiles, aunque la primera patente fue la de Samuel Henshall en 1795. Cuando proliferó la costumbre de usar un corcho para cerrar las botellas de vino, durante el siglo XVIII, también lo hizo el uso de este utensilio. En el siglo XIX la herramienta fue evolucionando, generándose distintos modelos, de hélice, de inyección, de espiral, etc.

8. La fregona

En 1956, un joven ingeniero español llamado Manuel Jalón Corominas decidió cambiar esta injusta situación. Jalón se había fijado durante su estancia en Chicago cómo se limpiaba el suelo en los hangares militares. El sistema consistía en una bayeta con un palo y un cubo con dos pequeños tornos para eliminar el exceso de agua. Junto con unos amigos, diseñó una versión doméstica del sistema a la que denominó lavasuelos. Aunque al principio su fabricación artesanal solo permitía construir uno al día, al poco un pedido de 100 unidades obligó a Jalón a fundar Manufacturas Rodex en 1958 y sistematizar la producción.

9. Las anillas de plástico de las latas de refresco

Su creador, Ougljesa Jules Poupitch, un ingeniero e investigador de Illinois, desarrolló en la década de los cincuenta un sistema de transporte de latas de bebida con el menor gasto de esfuerzo y material de empaquetado. Entre 1959 y 1963 obtuvo tres patentes de su ingeniosa solución a las problemáticas del transporte y distribución de latas a gran escala, aprovechando la flexibilidad del plástico y diseñando un envoltorio minimalista descrito como «portabebidas anular para seis latas» y bautizado como multipack Carrier. En la actualidad se fabrican y diseñan millones de distintos formatos para diferentes tipos de latas, aunque todos esos diseños derivan directamente del modelo original de Poupitch.

10. El paraguas

El paraguas empezó a usarse en China e India, pero en Europa no se introdujo hasta el siglo XVII. En un principio solo estaba permitido llevarlo a las mujeres, especialmente de la alta burguesía. En 1730 se incorporaron al paraguas los tejidos impermeables. Resultó un gran avance en la historia del paraguas, pero en aquella fecha aún carecía de las características varillas plegables, que se crearían en el siguiente siglo, también en Europa.

11. La tirita

Earle Dickson y Josephine Frances Knight eran un matrimonio de Nueva Jersey. Earle observaba una preocupante tendencia de su esposa a sufrir cortes y heridas. Cada vez que esto sucedía, Earle curaba y vendaba a su mujer cada una de sus heridas con pequeñas gasas con desinfectante pegándoselas a la piel con pequeños rectángulos de esparadrapo. Para que Josephine pudiera curarse las heridas cuando Earle no estaba en casa para ayudarla, este preparó todo un rollo de esparadrapo con cuadraditos de gasas adheridos a intervalos regulares, lo cubrió con papel aislante y lo volvió a enrollar. De este modo, Josephine siempre tenía apósitos disponibles que podía usar fácilmente con ayuda de unas tijeras. Se daba la circunstancia de que Earl Dickson trabajaba en la compañía Johnson & Johnson, el primer productor de apósitos sanitarios de Estados Unidos, y decidió exponer su invento a sus jefes. El producto salió al mercado en 1921, resultando un fracaso absoluto. Si la tirita ha llegado hasta la actualidad después de ese fracaso se debe a una brillante táctica de marketing que consistió en regalar millones de tiritas a todas las agrupaciones de boy scouts de América. Las ventas se incrementaron notablemente y en 1939 se convirtió en un rotundo éxito, comercializándose en distintos formatos.

12. El taco de la pared

En 1910, el British Museum contrató al ingeniero John Joseph Rawlings para que realizara una instalación eléctrica con el requisito de que las paredes sufrieran el menor daño posible. Hasta entonces, el método tradicional para fijar un objeto en una pared de mampostería era realizar un gran agujero en la pared, taponarlo con una pieza de madera y argamasa, y atornillar la pieza en la madera. Rawlings diseñó un sistema distinto, que es el que conocemos en la actualidad como taco, y desde 1958 se han vendido 20.0000 millones de piezas del mismo.

13. La cremallera

El invento de la cremallera apareció tras cientos de patentes desde 1850, hasta que Gideon Sundbäck dio con un sistema comercializable universal. La clave fue diseñar una única pieza, o diente, con un hueco debajo y un saliente arriba, que va encajando con otra contigua hasta cerrar de forma simétrica. Una pieza en forma de Y con una anilla sirve para cerrar o abrir esos dientes tirando hacia un extremo u otro.

14. El botijo

La historia del botijo se remonta a las antiguas culturas mesopotámicas, donde se encontraron los primeros restos de recipientes con formas similares a los actuales. Los periodos de su máximo esplendor fueron la Edad del Bronce en el Mediterráneo y la Grecia helenística, en donde se utilizó como artículo ornamental.

15. El Post-it

El Post-it es otro ejemplo de invento nacido de un error. Spencer Silver, un trabajador de la empresa 3M, descubrió un pegamento sin muchas propiedades adhesivas pero permanente, removible y que no dejaba residuos. Arthur Fry, un compañero suyo de trabajo, vio en este descubrimiento una nueva vía de investigación para un nuevo producto, y así fue cómo más tarde, en la primavera de 1981, apareció el Post-it.

16. El mosquetón

El mosquetón ya había sido introducido como dispositivo de seguridad para montañeros en 1909 por Otto Herzog. En 1957, Yvon Chouinard, pionero estadounidense en deportes de montaña, empezó a fabricar un modelo de mosquetón específico para escaladores. Aunque originalmente estaban confeccionados en acero, la mayor parte de los mosquetones actuales son de aluminio. Como curiosidad, en inglés este artilugio se denomina carabiner. En español su nombre, mosquetón, procede del rifle del mismo nombre que los soldados de caballería colgaban de su banderola con un gancho.

17. El velcro

El origen del velcro es muy curioso y es debido precisamente al carácter observador de su inventor, el ingeniero suizo George de Mestral. En 1941, tras un día de caza en los Alpes suizos, De Mestral comprobó cómo sus pantalones y el pelo de su perro estaban repletos de pequeñas semillas de cardo alpino, unas bolitas recubiertas de espinas como diminutos erizos vegetales. Al observarlas al microscopio descubrió que sus extremos presentaban unos garfios que se enredaban enseguida en cualquier tejido. Este tipo de estructura abunda en el reino vegetal, donde las semillas dotadas de dichos ganchos se adhieren al pelo animal para ser transportadas hasta lugares lejanos.

18. La cerilla

Ya existían antecedentes de la cerilla en el antiguo Egipto. El primer fósforo autocombustible fue inventado en 1805 por K. Chancel, en París. En 1669, el alquimista de Hamburgo Hennig Brandt trataba de encontrar una sustancia a partir de la orina que transformase los metales no nobles en plata. Lo que descubrió fue una sustancia blanca y cerúlea muy inflamable que brillaba en la oscuridad: el fósforo. Varios años más tarde, en 1680, diseñó un papel muy áspero revestido de fósforo que, al ser frotado con una pequeña astilla de madera con la punta impregnada en azufre, producía una llama: la primera cerilla. El problema fue que el invento desapareció tan repentinamente como apareció, pues el único método conocido para la obtención de fósforo era procesando la orina, demasiado largo y costoso, por lo que la cerilla no pasó de curiosidad de lujo. La gente siguió utilizando la vieja piedra de sílex (pedernal). La cerilla actual no fue creada hasta el 28 de enero de 1911, cuando la Diamond Match Company sustituyó el fósforo por sesquisulfuro de fósforo, inofensivo, y cedió la patente a las empresas rivales para acabar definitivamente con las cerillas venenosas.

19. El bolígrafo

Una vez más, la investigación militar fue la responsable de la invención de este «héroe oculto». Hasta mediados del siglo pasado, para escribir o dibujar era preciso utilizar pluma o lápiz. La primera presentaba graves problemas de funcionamiento, y el segundo un gran defecto: lo escrito podía ser borrado. Cuando los aviadores realizaban vuelos de reconocimiento y debían tomar notas, el descenso de presión hacía que las plumas se vaciasen, por lo que era necesario buscar un nuevo instrumento que superase ese defecto. La inspiración le llegó a un médico húngaro llamado László Bíró que trabajaba como corrector y tipógrafo en un periódico de Budapest.

20. Las latas de conserva

Napoleón Bonaparte, en 1795, decidió convocar un concurso para obtener un método de conservación de la comida que permitiese a los soldados alimentarse con garantías de no contraer enfermedades. El emperador había enunciado la famosa frase «Un ejército marcha sobre su estómago». Y fue un repostero llamado Nicolas Appert quien ganó los 12.000 francos del concurso. Su propuesta consistía en cocinar los alimentos, introducirlos en recipientes de vidrio o cerámica y sellarlos herméticamente, sin aire, con una tapa de corcho. Posteriormente el recipiente se calentaba en agua hirviendo, matando los gérmenes y proporcionando mayor longevidad al alimento guardado, que podía ser conservado hasta tres meses. El problema del vidrio era su peso y que podía romperse con facilidad. Finalmente, el inglés Peter Durand desarrolló la idea de Appert de forma más eficiente, cambiando el formato del envase por un envoltorio de fina hoja de metal recubierto de estaño. Pero hay que esperar unos años más y trasladarse a Estados Unidos, a mediados del siglo XIX, para asistir a la comercialización masiva de las latas de conserva.

21. El Lego

En los inicios de la marca Lego solo se producían juguetes de madera tradicionales, siguiendo unos estrictos tests de calidad impuestos por su detallista creador Ole Kirk Christiansen. En 1947, y tras un gran incendio que prácticamente destruyó la fábrica en su totalidad, adquirieron la primera máquina de modelado por inyección, y con ella, dos años más tarde, crearon los primeros ladrillos de construcción marca Lego, elegidos juguete del siglo por la Asociación Británica de Jugueteros.

22. El abanico

La historia del abanico no es tan remota como podría pensarse en un principio. Algo tan simple como abanicarse con los más variados materiales (plumas, hojas, etc.) no dio lugar al abanico hasta una época relativamente reciente. Aunque existían elementos para refrescarse, el abanico de cierre y varillas se remonta apenas a cinco siglos atrás. Sí podían encontrarse algunos objetos simples, como el conocido paipay de una sola hoja rígida con mango o empu- ñadura, y con gran variedad en formas y tamaños. Se cree que por el siglo XV, entre los años 1400 a 1425, los abanicos llegaron a China procedentes de Corea. Los grandes viajeros los trajeron a Portugal, España e Italia. Pero la época de máximo esplendor del abanico fue durante los reinados de Luis XIV y Luis XV, cuando se convirtieron en complemento indispensable en el vestuario de una gran dama. Para su confección se utilizaban materiales de auténtico lujo, como piedras preciosas, telas italianas, oro y metales preciosos, etc. A modo de anécdota final, existe un lenguaje secreto que conocían las mujeres de la burguesía con el que podían expresar sus sentimientos o dar indicaciones a sus pretendientes. La campiología es el estudio de este extraño y elegante medio de comunicación.

23. La cinta adhesiva

Richard Drew entró a trabajar en la joven empresa 3M (Minnesota Mining Manufacturing), que fabricaba papel de lija y vidrio para coches. Este trabajo le llevó a visitar distintos talleres donde le sorprendió las dificultades de los operarios al pintar las carrocerías de los coches. Para preservar los distintos colores empleaban papel engomado pegado tan fuertemente que, al retirarlo, destrozaba la parte pintada de debajo. Tras varios intentos fallidos, en 1930 Drew comercializó una cinta adhesiva transparente de uso doméstico resistente al agua, ideal para pequeñas reparaciones y la unión de materiales ligeros. A este invento le siguió en 1932, creado por otro de los ingenieros de 3M, un dispensador de cinta adhesiva con una pequeña cuchilla dentada para cortar la cinta fácilmente (prácticamente igual que el usado en la actualidad) y un nuevo tipo de cinta (1961) denominada Magic Tape de material mate para poder escribir encima.

24. La pinza

Resulta imposible saber cómo nació la pinza de la ropa, pero parece ser que fueron muchos los que la usaron en su vida doméstica. Dicen que los pueblos pescadores fueron los que empezaron a usar piezas de madera para sujetar la ropa mojada cuando la tendían para secarla, estuviese lavada o no. Si al desembarcar dejaban las prendas húmedas sobre los matorrales, además de ensuciarse y rasgarse con las ramas se las podía llevar el viento, y sucedía lo mismo si las tendían en los cabos en alta mar. En 1853, fue David Smith (Springfield) el primero en registrar el invento.

25. La bombilla

Aunque pueda parecer raro, la invención de la bombilla no era necesaria. Ya existían varios artilugios destinados a suministrar luz. Por lo tanto, no fue una creación que viniese a llenar un hueco, sino a ofrecer una alternativa. Los primeros vestigios de artefactos luminosos van desde una simple vela a las más avanzadas lámparas de aceite realizadas en cerámica. La aparición de la bombilla fue debida a la creciente investigación sobre los usos que podía ofrecer la electricidad en plena Revolución Industrial y con la máquina de vapor recién inventada.

 

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