Tiene cara de niño bueno, cree en Dios y en la Biblia y dejó plantada a Nike para poder llevar un versículo escrito en sus zapatillas…
Sin tirar de hemeroteca, creo recordar que a la NBA de Bill Russell le siguió la de Wilt Chamberlain, y a la de este, la del ‘Dr. J’, Isaiah thomas, Kareem y ‘Magic’. Después llegaron los 90 de ‘Air’ Jordan, sucedido por Kobe y ‘Shaq’, destronados por Le Bron, que mientras cumple años, ve el ‘in crescendo’ de Kevin Durant…
Pero, de repente, ha aparecido Stephen Curry, séptimo elegido en el draft de 2009 por Golden State Warriors. Con apenas 1,91 metros de estatura, este hijo de ex jugador NBA (Dell Curry) y ex jugadora de voleibol (Sonya Curry) sale del Davidson College con el récord de más triples anotados (162) pero sin la pompa mediática de algunos de sus compañeros de generación, como el propio Durant.
Tras años de acumular marcas individuales (más número de triples en una temporada regular 288), finalmente el equipo californiano explota definitivamente en 2015 y ganan el anillo de campeones, inercia que consiguen exportar también a 2016, donde logran el mejor balance en los primeros 52 partidos disputados en una temporada (48-4).
Dentro de una maquinaria perfectamente engrasada, que hoy en día parece imparable, Curri es el líder indiscutible, con una muñeca y un repertorio de trucos que le permiten anotar con la facilidad de un jugador excepcional. Su capacidad para encestar desde fuera del perímetro es una de las más asombrosas que se han visto en toda la Historia. Su última hazaña , esta misma semana, fue batir el récord de partidos consecutivos anotando al menos un triple: 128.
De hecho, Golden State ha visto cómo aumenta el público en sus gradas antes del inicio del partido para ver las exhibiciones con las que Stephen suele calentar la muñeca, tales como anotar cinco tiros seguidos desde el centro del campo o encestar desde la boca del túnel de vestuarios.
Sin duda, el baloncesto mundial está asistiendo al nacimiento de un jugador que está llamado a marcar una época en este deporte y, por el momento, nadie es capaz de saber hasta dónde puede llegar.